CAMILO FROIDEVAL
Entrevista por Andrés Medina
Fotografía Iván Aguirre
EL PLACER DE HACER MÚSICA
Qué importante es tener corazón al crear, al menos para algunos, para aquellos que crean por necesidad y no por dinero. Afortunados los que desde muy pequeños supieron a qué dedicarían su vida… al deporte, a salvar otras vidas, a construir edificios, a componer y producir música, a la familia. Dicen que si quieres volverte bueno en algo debes de hacerlo diario, aprender de los errores, ser diferente a los demás, no aburrirte. Hay personas que pareciera que viven en otra escala del tiempo, como si sus días tuvieran más horas, personas que constantemente se mantienen en un estado de creación. Camilo Froideval es uno de ellos, la mayoría del tiempo está en su estudio, grabando, produciendo, componiendo. Aún así encuentra tiempo para su hijo y una fiesta de vez en cuando. Es autor de proyectos extraordinarios en el cine, la televisión y por supuesto el rock. Su estatus en el gremio es discreto a pesar de haber sido reconocido con un Grammy por su trabajo como productor en Hombre Invisible de Ely Guerra, ser nominado junto con Hello Seahorse! por el disco Arunima y además estar involucrado en proyectos reconocidos en el cine y la televisión. Tiene el cariño de la gran mayoría de los músicos que han estado en contacto con él, es un tipo agradable. Argentino de nacimiento y mexicano de corazón, Milo ha trabajado arduamente en los proyectos en los que cree ; esto lo ha llevado a tener una relevancia indispensable en nuestro país y el extranjero.
CUÉNTAME UN POCO DE TU NIÑEZ
Mi niñez fue muy feliz a pesar de que estuvo determinada por la política de mi país, había militares en el gobierno y mis jefes eran un poco socialistas, entonces sentí esa vibra de miedo de parte de ellos por todo el tema de los desaparecidos y la situación que se vivía en Argentina. Nací en Buenos Aires y luego me fui con mi familia a Córdoba, supongo escapando un poco de todo.
¿TUS PADRES ESTABAN INVOLUCRADOS EN LA POLÍTICA?
Sí, mis jefes estaban bastante politizados, no eran guerrilleros pero eran políticamente muy movidos, tenían muchos amigos que sí lo eran. Básicamente los amigos de mis papás desaparecieron casi todos, a los que no los mataron los exiliaron. Tengo un recuerdo infantil de temor. Mi nombre, Camilo Ernesto tiene un sentido absolutamente político de la época. Al mismo tiempo recuerdo momentos felices en Córdoba, el piano de la casa, en sí como niño fui muy feliz, crecí en el campo, con mucho que explorar, muchos árboles, primos más grandes… muy divertido.
¿CÓMO FUE QUE TE ENAMORASTE DE LA MÚSICA?
Mi familia es muy musical, todo mundo toca algo, mi jefe es melómano, tiene muchísimos discos, mi madre canta. Mi padre tocaba el violín cuando era joven, era una casa llena de viniles, de cultura, todo el tiempo íbamos a conciertos.
Siempre había un piano, en todas las fotos familiares sale un piano, en todas las casas de familiares había uno. Tengo el recuerdo de la casa de Córdoba con el calor , los mosquitos y ese piano que a mi siempre me pareció gigantesco, era la cosa más grande que había en la casa, fascinante. Siempre había un disco puesto, mi infancia sonó todo el tiempo, siempre había algo sonando o alguien tocando. A mi madre le pareció buena idea mandarme a clases de piano a los ocho años con la mejor maestra de niños en Argentina, Elsa Galante. Con ella empecé y nada, más grande me moví a los grupos de rock, ya de adolescente, pero sí en mi infancia era eso, mucha música clásica, mucho tango… vengo de una familia definitivamente musical.
¿ERES DE ESOS MÚSICOS ESTUDIADOS?
Sí, estudié música bastante. Primero con esta maestra que te cuento, después ya más grande en la escuela, conservatorio, estudié composición, etc.. No creas que fui un gran estudiante, no era de los clavados que estudian todo el día, desde esa época para mí la música ya tenía mucho que ver con experimentar y vivir. Siento que hay que estudiar, hay que saber cosas técnicas y ser formado, pero también hay que vivir y tener algo que contar. Tocaba bastante bien de niño, como tenía formación desde muy pequeño las cosas fueron más fáciles para mí, incluso hasta hoy es más fácil para mí que para un montón de gente, entonces nada… eso, siempre fue una cosa muy natural. No tengo recuerdos no siendo músico. Casi todos mis recuerdos reales son musicales, hay música involucrada.
¿COMO PRODUCTOR CUÁLES FUERON TUS PRIMEROS PASOS?
Siempre tuve una curiosidad extrema cuando compraba un disco… la gente siempre busca la lista de canciones, a mí me daba mucha curiosidad quién lo había hecho, me intrigaba el mecanismo. Te estoy hablando de antes de entrar en un estudio por primera vez. Tenía primos más grandes que escuchaban viniles de Frank Zappa o Led Zeppelin. El que unas personas se juntaran e hicieran algo que se escuchara, me parecía extraordinario que unos tipos se juntaran en un lugar e hicieran eso ¿no?, un objeto que lo ponías en un aparato y podías disfrutar de la reproducción. Después pasó que desde muy joven empecé a trabajar en un estudio, empecé a grabar y me empecé a clavar en lo técnico también. A los dieciséis o diecisiete… dieciocho. Nos pusimos un estudio con un compa, con Edu, que todavía sigue siendo su estudio. Teníamos tres cosas, tres micrófonos… (risas), fue una buena época. Entonces todas las bandas de amigos, la movida de esa época de Buenos Aires -teníamos veinte años- era: “Vete a grabar con Milo que él sabe grabar”, que no era cierto pero bueno tenía cierto criterio por mi formación musical, sabía de acordes y escuchaba muchísima música. Todas las bandas de mis amigos pasaron por mis manos, entonces empecé a agarrar experiencia y comencé a sugerir, a hacer recomendaciones. En todas mis bandas cuando tenía esa edad llevaba un poco la voz cantante en cuanto a cómo debía sonar algo, o que guitarra debíamos comprar. En un momento comenzó a transformarse como en un trabajo. Comenzó a llamarme gente que yo no conocía, que no eran amigos, para grabar conmigo. Pero todo eso explotó llegando a México, explotó más en cuanto a una profesión, yo me dedicaba a hacer scores para cine, realmente producía por gusto a las bandas de mis amigos y tal. En Buenos Aires trabajé en un estudio muy grande, que eran tres estudios, era de un maestro mío que se llama Luis María Coralini. Yo fui encargado de ese estudio durante muchos años, tenía 24 años, tenía a mucha gente a mi cargo así que fue como una maestría en producción ¿sabes?, porque había que resolver cosas todo el tiempo. Lo que más hacía ese estudio era publicidad y música para televisión, era una gran velocidad, todo el tiempo estábamos trabajando, había mucha gente involucrada, esto me enseñó cosas musicales y también a liderar un proyecto, a llevarlo a cabo, a reunir a la gente exacta. Aprendí cosas de presupuestos y también aprendí que es lo que no quería hacer en mi vida, como hacer comerciales de televisión o no querer estar involucrado con ese tipo de banda, a no querer estar supeditado a un jefe. De hecho trabajé allí hasta que me vine a vivir a México. Ese fue mi gran trabajo en Argentina . Llegando aquí (yo venía a hacer unas películas para T.V Azteca) y en la foto aparecieron los de Molotov que eran amigos míos desde Argentina. Yo tenía esta cosa de trabajar en un estudio súper serio y después salir a echar desmadre en la noche, me juntaba con toda esta banda de Palermo, los Kuriaki… toda esta movida que hubo en los 90. Tenía como una doble vida, de día era el productor main de ese estudio y de noche era un vaguillo allí yendo a los antros y echando desmadre. Fue una época de muchas drogas en Argentina… muy baratas. Fue un momento donde explotó Palermo como un lugar de salida, había varios lugares, como si en dos años se armara la Condesa… entonces nos la pasábamos vagueando de fiesta en fiesta, ¿sabes?, perdiendo el tiempo. Tuvimos una banda muy importante que se llamaba Refinado Tom. Ahí tocábamos Edu, varios amigos y yo. Nos fue muy bien en ese ámbito, underworld, de culto, nos llamaba mucha gente pero no pasó a mayores por cuestiones de egos y tonterías de las personas involucradas. Éramos muy jóvenes y como dije había demasiada intoxicación en el medio. Cuando llegué aquí a México conocí realmente a los Molotov, me jalaron para producir proyectos con ellos. Lo primero que hicimos fue un remix para Placebo con Paco Ayala, Mickey me llamó para ayudarlo a terminar el disco de Finde y esta fue la segunda gran escuela, llegar aquí y tener todo ese equipo que tienen los Molotov a disposición, eran equipos que digamos veía en las revistas, fue como si tuvieras un pincel chiquito para pintar una pared y de pronto te dan un rodillo y lo haces en chinga. Te dan una herramienta que te explota la cabeza y puedes empezar a crear cosas más cabronas y esa fue la posibilidad que los Molo me dieron, sobre todo Paco y Tito que ahora son mis socios, me metieron en esto, me enseñaron, aprendí mucho. El estudio Topetitud no era lo que es ahora, me acuerdo que antes yo me quedaba de encargado del estudio, me quedaba probando amplis y guitarras, tenía tantas herramientas y tantos juguetes que quería jugar con todo. Esa fue la segunda gran escuela, los primeros tres años aquí, ahí fue cuando vino Dirty Karma y empecé a hacer mis primeros disquitos. Me empezaron a llamar bandas y decía, “bueno, tengo posibilidad, tengo este estudio a mi disposición”, voy a producir esta banda sólo porque me gusta, luego llegó Ely y los Molo y lo demás se conoce un poco más. Siempre con esta cosa de hacer cine por un lado y haciendo discos por otro. Ayer Pascual de San Pascualito Rey me decía que él llegó a mi por escuchar un disco que yo hice y ese es el mejor halago que te pueden hacer, que un tipo te llame no porque te conoce de la peda ,sino porque escuchó un disco que hiciste, me pareció una cosa bien linda, me gusta que la gente llegue a mi por esa razón.
¿CÓMO DEFINIRÍAS TU ESTILO COMO COMPOSITOR Y COMO PRODUCTOR, SE SEPARAN MUCHO UNO DEL OTRO?
Es indivisible porque somos una misma persona pero siempre se divide entre varias fases. Como compositor he cambiado mucho, cuando empecé era súper atascado, ruidoso, mu- chísimas notas haciendo nubes de cosas. Con los años, no se si me he puesto más güevón o más minimalista (risas) pero me gusta arreglar las pelis con poquitas cosas, me gusta mucho la repetición de una nota, repetir la misma cosa una y otra vez para generar una atmósfera. Cambia mucho según la película, este año hice una con arpas clásicas y otra con música de rock en función banda sinaloense medio en ácido, cambia mucho y soy bastante versátil por eso de haber tenido una formación bastante amplia, puedo hacer muchas cosas. Me gusta manejar instrumentos acústicos y ensuciarlos un poco con cosas que vienen del rock como efectos y cosas así.
En el rock es casi lo mismo, antes era súper clavado de que todo estuviera perfecto, que hu- biera mil layers en la música y doblaba treinta guitarras haciendo lo mismo, un ejemplo de eso puede ser Hombre Invisible –Ely Guerra-, esta cosa de masa de sonido gigantesca. Ahora me volví todo lo contrario, después voy a volver a lo otro, ¿ya sabes? Lo que no puedo hacer es aburrirme entonces voy buscando formas de no aburrirme, me voy clavando con artistas diferentes… ahora, a partir de vos, me clavé más en el hip hop, siempre me gustó pero no lo escuchaba tanto y ahora me clavé en ese género y en saber cómo producen esos discos. Me encanta ese minimalismo de que haya cuatro cosas sonando y se arma el pedo. Entonces lle- vado al rock es como eso, tener bajo, batería, dos guitarras, la voz y ya… que no exista doblaje ni trucos. Por ejemplo, el disco de los MudHowlers lo grabamos en tape, osea en cinta de veinticuatro tracks, en la misma sala todos juntos como grababan los discos de los Beatles. Se trata de cada vez volverme más simple. Ahora estoy haciendo el disco de San Pascualito que combina lo simple con lo complejo. Hay músicos que tocan cosas más complejas, Alex Otaola por ejemplo, entonces tengo que buscar la forma de que eso se vuelva simple y entre en este balance que yo quiero para el disco. Pero fui de lo más complejo, clavadísimo, de que me pasaba horas en la compu chopeando guitarras y editándolas , ahora soy un poquito más prolijo o quizá más güevón. Siento ahora que la canción tiene que construirse de esta manera, es como una pared blanca, le pones tres colores y ya quedó. Si la canción es buena tiene que suceder esto, si le empiezas a agregar cosas es porque algo no está jalando bien con la com- posición, no es funcional.
ME COMENTASTE QUE QUIERES TOMAR DISTANCIA CON EL ROCK PARA CONCEN– TRARTE MÁS EN CINE Y TELE:
Yo no sé, creo que soy esclavo de mis propias palabras, cada vez que te digo eso acabo hacien- do más cosas de rock (risas). No, no es alejarme, lo que me pasa últimamente en lo personal es que me siento un poco más ermitaño. A través del nacimiento de mi hijo –Nico-, siento que he tomado como un cáliz, donde sino estoy en mi estudio produciendo música que me guste o no estoy con él… tiene que haber algo que me interese más que esas dos cosas, que es muy difícil, para salir de mi casa o salir de mi estudio, eso me hace ser más selectivo. Jalo con la gente que de verdad me cae bien, voy a tomarme una cerveza o un mezcal con alguien que de verdad es mi brother y que sé que la plática va a ser divertida o generadora de un sentimiento bonito, o un pensamiento que cambie algo en mi vida, eso es lo que ahora me interesa. Pasa lo mismo en el trabajo. Quise empezar a viajar un poco menos, entonces acomodamos el estudio y lo pusimos a full. Quiero estar más en México, hacer un poquito menos de rock, estar más tiem- po en mi casa, estar más con Nico y llevar una vida un poco más sana. Parece un pensamiento como de señor pero es un poco eso, hasta hace dos años había demasiado ruido alrededor mío… gente, ruido, cosas, era la época que íbamos todo el tiempo al Perro Negro, era mucha información, yo me estaba divorciando y una serie de cosas personales. Ahora hay una calma y la verdad es que hacer música para cine es una cosa mucho más relajada que involucra me- nos gente. Estoy en mi casa creando una cosa nueva de cero. Lo otro ya vienen las canciones… hay más gente en ello: un estudio, un ingeniero, un asistente, un manager, los músicos, esto y lo otro, y lo otro, y vamos a ir a mezclar a no se donde y nos metemos todos en un avión… todavía me divierte, pero menos que antes. También pasó que toda esa energía que utilizaba para los discos de otros la puse en mis proyectos, en Milo,Mel y Mayel y en Communión, así que esa parte rockera divertida de fiestas que me gusta la puse en mi cajoncito de Milo, Mel y Mayel y ya está. Toco con mis brothers, gente como Tito, Diego, Amauri, Children… con Melesio, gente que de verdad es de mucha confianza, muy cercanos a mí. No necesito hacer más discos, osea los discos que he hecho este año, el de Mud Howlers, me parece una banda muy interesante y San Pascualito también, lo tenía como una deuda pendiente, me interesaba cambiar su sonido clásico un poco, Luca y ellos son mis amigos. Eso de no dedicarme al rock termina cuando un amigo me dice: “oye produce mi disco”, allí accedo, pues.
¿QUÉ PROYECTOS DESARROLLASTE EN LOS ÚLTIMOS DOS AÑOS?
En cine hice Pelo Malo, esa peli es muy linda, ganó San Sebastián, ganó mil premios más. Hice El Jeremías, que todavía no se estrena. Hice la película de Diego Luna, Mr.Pig, que todavía no se estrena. Desarrollé dosseries para HBO, dos para Fox, una se llama Dios Inc que es la que más me gusta. Grabé los dos discos de mis dos bandas. Hice el de Mau, que se llama Dínamo el proyecto, hice tres sencillos con Liquits. Tocámos mucho con Milo, Mel y Mayel, ahora empezaremos a tocar con Communión… ¿qué más?… Hice el disco de Jessica Hernández & The Deltas que me gustó mucho, hice un sencillo con los Growlers. En onda clásica toqué con la Filarmónica una pieza de un compositor mexicano que se llama Felipe Pérez Santiago. Ya con eso ¿no? (risas).
LOGRANDO TANTAS METAS, ¿AÚN TE FIJAS OBJETIVOS ALTOS O SIMPLEMENTE FLUYES CON EL VIENTO?
Mira, tengo una condición que creo que es mi mejor ventaja o mi peor defecto: soy muy in- quieto y muy nervioso. Nunca puedo estar mucho tiempo en un sólo lugar.
Recién ahora, después de 12 años de vivir en México descubrí que me gusta vivir en D.F., pero todo el tiempo me estoy moviendo porque no es mi naturaleza estar quieto, ¿sabes? Mi fluir es estar buscando todo el tiempo cosas nuevas. Lo único que extraño de salir más es conocer a bandas nuevas, que de todas maneras me llegan, conocer material nuevo y poder apoyar a bandas nuevas. Llegan momentos en los que me relajo y me empieza a picar, me da picazón…,
¿y qué hago? Así soy para todo creo, así soy para beber y para las relaciones. Tengo un amigo que dice que yo nací con sed. Me gustan todos los placeres de la vida y siempre en esa búsque- da aparece algo. Estoy fluyendo pero nerviosamente, por decirlo así.
¿CÓMO PERCIBES EL FUTURO DE LA INDUSTRIA? HACE AÑOS SE PLANTEÓ UN FUTURO, ¿CREES QUE FUE UNPLANTEAMIENTO ACERTADO?, ¿LOGRÓ ESE PLAN– TEAMIENTO PREDECIR EL PRESENTE?
Cuando yo empecé grabábamos en cinta, ni por error se nos ocurrió la revolución tecnológica que pasó en los últimos 10 ó 15 años. Si me hubieran dicho hace veinte años que hoy ten- dríamos un teléfono donde se ve al otro güey del otro lado hubiera dicho: ¡cállate! Pensando en el yo del pasado lo que sucedió en la industria musical era algo que tenía que suceder, la masificación de los medios de producción y distribución de esa música. El spread de la música hoy es completamente socialista. Tú puedes hacer un disco en esta habitación; jalas un micró- fono, una laptop, un tecladito y un controlador; lo puedes mezclar aquí y mañana lo subes a la red y lo regalas a quien quiera escucharlo, ¿me entiendes? El negocio se tiene que volver a acomodar para que el dinero le vuelva a llegar a los músicos.
Nada mata ir a un concierto y pasártela bien, nada. En mi punto de vista nada ha sustituido las relaciones humanas, el estar allí, el contacto con tus amigos, ir a un concierto, fumarte un porro y pasártela bomba, eso todavía no hay forma de sustituirlo, ¿sabes?
¿EN ESTA IRRECONOCIBLE SOCIEDAD DE HOY EN DÍA CUÁL CREES QUE ES EL SIG– NIFICADO DEL ÉXITO, CUALES HANSIDO LOS MOMENTOS MÁS EXITOSOS DE TU CARRERA COMO MÚSICO Y PRODUCTOR?
Pero ¿ qué es el éxito? Yo conozco un montón de gente que cree que tiene éxito, para mí tener éxito es pararme en las mañanas y ver a mi hijo, verlo sano y divertido, que colecciona zombis y la verga. Eso es lo más exitoso que he hecho en mi vida porque el éxito no es cuánta gente escucha tu disco o cuántas fotos te toman por semana, el éxito viene de aquí dentro. Mis éxitos son los discos que hice y que todos los músicos de este país me respetan y me quieren y me tiran buen pedo, para mí eso es mejor que vender millones de discos o que los Grammys. Para mí el éxito es que la raza diga “el Milo es un chido güey, trabaja bien y no es un pendejo, no es un mamón”. Eso para mí es el éxito, lo que dejas desde adentro a la gente, la que escucha tu música, lo que hacés, lo demás son pendejadas. Hay una cosa medio cruel en esta cuestión de las redes sociales, de esta cosa del instagram y las selfies, si estás en eso no estás en la música, te olvidas de hacer música. Una cosa es sacarte una foto en el instagram en el desmadre y otra es estar todo el día en eso, “quién me vio , cuántos likes, a quién vi”; cuando el 90% de la gente que está allí es para ligarse a otra persona, buscar influencias. Vivan más felices, deja de buscar la vida del otro y busca la tuya, osea busca que te gusta a tí. Ah es que vi la foto de fulano con mengano y, vale verga.
El éxito es pararse en las mañanas y estar bien con uno mismo, con las cosas que hace, no hacer cosas que ten den oso hacer; ser libre, eso es el éxito, ser libre.
Pararse en la mañana y decir, “estoy muy crudo, no voy a ir a trabajar”, o pararse en las maña- nas y decir: “estoy crudo, justo por eso voy a ir a trabajar”. Conocer la gente que conozco. El éxito es aprender, aprender de los demás, de tí, de ella, de todos. Para mí ser exitoso es estar aprendiendo todo el tiempo. Generar información y recibir información, creo que eso es lo que más me gusta de ser músico, estar con otra gente, con personas que tienen un enfoque completamente distinto al tuyo, te va a enseñar algo, sin duda.
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